Amaicha del Valle, dos meses de fiesta en fiesta
Amaicha del Valle tiene una temperatura media de 20° y un clima que promete sol los 365 días del año. Pero además lleva la tradición en la sangre de sus pobladores, que cada febrero comparten con los visitantes los honores y ofrendas a la Pachamama.
Uno de los principales atractivos es el museo de la Pachamama, abierto de 8 a 18 durante todo el año. En sus 1.000 metros cuadrados se puede recorrer la historia de los primeros pobladores del Valle y el legado cultural diaguita-calchaquí.
Para hospedarse hay dos hoteles y siete hostels ambientados con un estilo bien campestre. Algunos tienen servicio de wi-fi. También ranchos de comidas y peñas que están cerca de la plaza principal.
Este verano vale la pena redescubrir este pueblo silencioso y también darse una escapada hasta Colalao del Valle, que está a media hora de Amaicha por la ruta nacional 40. En enero se rinde homenaje a Los Antigales, en referencia a los pueblos originarios.
Otra escapada recomendada es al poblado de El Pichao, un paraje inserto en la montaña que se puede recorrer en un día. Allí se encuentran el sitio arqueológico Cóndor Huasi y dos bodegas de vinos de altura.
El Mollar, a medida de los jóvenes
Esta localidad ubicada a 103 kilómetros de la capital y a 12 del centro de Tafí del Valle sigue siendo uno de los destinos predilectos de los jóvenes. Cuenta con siete campings y cinco boliches que explotan durante enero y febrero. También posee algunos hospedajes familiares, pero la mayor parte del movimiento proviene de las familias que tienen casas de veraneo allí.
Ostenta una inigualable vista al dique La Angostura y su fiesta es la de la Verdura, que se celebra del 1 al 3 de febrero. "Esta zona siempre contó con una importante actividad agrícola. Se dan todo tipo de verduras: papa, zanahoria, arveja, lechuga, maíz y acelga", comentó Américo Cruz, delegado comunal.
Entre los atractivos para visitar se encuentra el parque provincial Los Menhires (monolitos de piedra grabados que tienen más de 2.500 años) y el reloj indígena, ubicado a 500 metros de la plaza central de la villa veraniega.
Desde El Mollar también se puede hacer la excursión de "La vuelta al valle", que dura unas tres horas y recorre parajes característicos del lugar con panorámicas increíbles de los cerros Nuñorco, el Pelao, el Muñoz, la estancia jesuítica de Las Carreras y el dique.